La
estación nuclear de Chernóbil y la ciudad de Pripiat a los alrededores de la
misma tuvieron que ser abandonadas con premura después del accidente nuclear el
26 de Abril de 1986. Uno de los reactores explotó, liberando gran cantidad de
radiación, lo que obligó al personal y al gobierno de la Unión Soviética a
desalojar el área, con sus casi 116 mil habitantes y con daños ambientales en
trece países de Europa Central y Oriental. La causa oficial del desastre
obedeció a un fallo en el reactor 4 en el momento de un ensayo para probar la
máxima capacidad del reactor en caso de un posible desastre. Lamentablemente,
este hecho terminó siendo una terrible realidad que, hasta la fecha, sigue
presentando secuelas, como enfermedades y contaminación en el medio ambiente
del lugar.
Todo
el acceso a la planta y al poblado circundante es limitado, casi prohibido. El reactor
fue sellado con un sarcófago para evitar fugas masivas de material radioactivo,
y oficialmente la planta cerró operaciones en el año 2000.
Sin
embargo, las causas oficiales del incidente fueron investigadas por el
periodista soviético Iván Korsakov, quién trabajaba como agente de la CIA para
investigar más de cerca la actividad nuclear de su propio país. Intuyendo que
pruebas de este tipo en reactores nucleares eran tan complejas que casi no se
efectuaban, empezó a indagar meses después de ocurrido el incidente. Era obvio
que el gobierno soviético no le dejaría ingresar a las facilidades de la planta
nuclear, y mucho menos revisar los asuntos y papeleo de lo ocurrido. Sin embargo,
investigando con algunos de los trabajadores sobrevivientes de aquel fatídico
día, encontró uno de ellos (figurando como “Anónimo” en las conversaciones
posteriores) que se atrevió a hablar de lo que había pasado.
Anónimo
daba cuenta de un experimento soviético de alto secretismo llamado AZATHOTH, en
honor a la criatura espacial que había descrito Lovecraft en varios de sus
cuentos y relatos. Durante las expediciones posteriores al incidente natural
conocido como Evento Tunguska en 1908 en Siberia, se había encontrado una de
las posibles causas de tal explosión. Lo habían guardado celosamente para así
poder hacer experimentos secretos, sin embargo, con el inicio de la era
nuclear, la Unión Soviética pensó en usar esta nueva fuerza para sacar más
información de “lo que habían encontrado ahí”.
Durante
la prueba final en 1986, los trabajadores de la planta, aquellos elegidos para
la “prueba”, observaron por fin el secreto más grande que su gobierno tenía
entre manos. Anónimo lo describía como una persona, aunque su apariencia era
más alargada, un humanoide alto y de piel color crema que se tambaleaba
mientras los científicos lo llevaban hasta el reactor. Detrás de la comitiva,
otros dos científicos llevaban envuelto un objeto similar a una lanza con
extrañas letras grabadas en su cromada superficie. El extraño aparato estaba
conectado a una serie de sondas especiales, que fueron a su vez conectadas a la
fuente central del reactor.
Lo
que vino después Anónimo lo explicaba tal como lo entendía, ya que no fue
testigo presencial. Mientras él y sus compañeros manipulaban el reactor hasta
su máxima capacidad, Anónimo le explicó a Korsakov que tal vez pusieron a la
criatura frente al objeto que le habían quitado desde su llegada, porque “no
era de este mundo, ni de ningún otro conocido”. Tal vez necesitaban la energía
suficiente para encender algo en ese objeto, y sólo con el reactor hasta su
máxima capacidad pudo ser posible. No sabe si atacaron a la criatura con aquel
objeto, o si simplemente le pidieron que les enseñaran cómo usarlo. La energía
contenida en aquel objeto era suficiente para causar todo lo que a continuación
sucedió.
La
explosión mató a dos de los compañeros de Anónimo aquella noche, aunque todo el
personal científico que acompañaba a la criatura y al objeto se esfumó. Sin embargo,
entre el caos y la destrucción, Anónimo le confió algo muy extraño a Korsakov,
algo que el periodista capturó en sus sesiones de vídeo y de audio.
“Corrí
hasta la salida de la planta nuclear, seguro de que ya estaba contaminado y que
moriría, si no pronto, con una lenta agonía. Y detrás de nosotros también
corría aquella cosa, con su cuerpo tan frágil, sus movimientos ágiles y su
cabeza enorme, desproporcionada. Emanaba un resplandor terrible. Y de alguna
parte de su rostro se había dibujado una boca, una mueca con dientes afilados
que gritaba en constante desesperación y emitía palabras que nadie fue capaz de
entender y menos de procesar en algún idioma o voz. Dio la vuelta en un
pasillo, y desapareció para siempre de nuestras vidas.”
Nadie
más daba cuenta de alguna presencia extraña en las afueras de Chernóbil o
Pripiat aquella noche, y los que vieron aquel evento fueron silenciados con
amenazas, aunque solo Anónimo, quién ya no tenía nada que perder, fue más
valiente al contar todo. Se sabe que Iván Korsakov alcanzó a transcribir mucho
del testimonio de su fiel confidente en papeles que escondió con el gobierno
estadounidense, antes de que los soviéticos dieran al fin con él. Su desaparición
sigue siendo un misterio.
Las
pruebas más recientes afirman que el cierre definitivo de la central nuclear en
Chernóbil sólo ha sido un pretexto para usarla más a menudo, con nuevo
personal, y obviamente, nuevas credenciales. Aquellos que han sido lo
suficientemente audaces de infiltrarse entre la seguridad del edificio han
declarado haber visto las letras NWO en varios lugares, en documentos e incluso
en banderas que adornan los pasillos del lugar. Una fuente anónima, a través de
un cable en Internet, sugiere que la búsqueda de la criatura de 1986 sigue
vigente, a través de códigos secretos transmitidos en una señal de radio muy
difusa y extraña que nadie más ha podido descifrar.
Sin
embargo, con la caída del meteorito el Cheliábinsk en 2013, los científicos
encontraron algo que pensaron perdido después de casi 30 años. Dentro había
otra criatura similar a la de Chernóbil. Sin embargo, no había objeto. Aunque el
objeto de aquellos años se había quedado abandonado en las entrañas del
reactor, pudo ser rescatado. Afirma la misma fuente anónima del cable en
Internet que la criatura ya no es igual a cómo llegó hace dos años, y que
incluso su tamaño podría ser ahora un problema para contenerla más tiempo. ¿Qué
pretenden hacer con semejante cosa encerrada ahí? ¿Y quiénes son las mentes
detrás de todo esto?
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