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martes, 16 de diciembre de 2014

Las Nueve Posadas. 16 de Diciembre.



Todo empezó la primera noche de las posadas. Las fiestas decembrinas daban inicio este día, con una de las celebraciones tradicionales más bellas del mes. Una posada era una especie de convivencia entre vecinos, en la cual se comía, se bebía agua de diferentes frutas o ponche, y se hacían diversos rituales, entre ellos, visitar varias casas cantando las letanías, que representaban el paso de José y María en busca de posada en Belén. La gente llevaba su libro de cantos, y una vela en las manos, cantando juntos hasta llegar a la casa donde los recibirían. Ahí, se comían y luego se rompía la piñata, la cual contenía frutas y dulces. Sin duda, serían nueve noches extraordinarias, llenas de color y de celebración, antes de la Navidad.
La última posada, la del 24 de Diciembre, le tocaba a Elena Sánchez. Pero de eso no hablaremos ahora. Elena parecía estar más ocupada en los preparativos de su propia posada que en poner más atención a las de los demás. Y no porque se sintiera importante, sino porque quería que todo saliera a la perfección.
La noche del 16 de Diciembre, una noche fría y con un leve viento que hacía que la gente se tapara hasta el rostro, la primera posada se celebraría en la casa de la familia Infante. La conformaban el padre, Roberto, la madre, Isabel, y la pequeña Karla, una niña risueña e inquieta, que siempre se la pasaba haciendo travesuras. Sus papás estaban ocupados como para ponerle un poco más de atención a la niña, por lo que esta salió a la calle, una cerrada en Santa Fe que tenía fama por ser una de las calles más seguras de la colonia.
Karla no vio a nadie más en la calle, porque seguramente, todos los vecinos se estarían preparando para salir a la posada. Eso ponía más feliz a la niña, porque sabía que iba a convivir con sus pequeños vecinos, y todos tendrían turno en una de las piñatas que sus papás habían comprado. Dejó atrás el calor de su casa y el olor a tinga de pollo, y caminó por la calle, hasta llegar a un espacio vacío dónde sólo se encontraba un jardín, con un enorme árbol de hojas secas en medio y mucho pasto alrededor. Pegada a la pared del jardín, ya estaba una mesa con refrescos y desechables, y las luces que habían puesto en las paredes de las casas iluminaban todo el jardín, haciéndolo ver como otro cuarto más de una casa cualquiera.
La niña decidió esperar a todos ahí, sentada en el pasto o en una de las sillas de la mesa, las cuales aún estaban plegadas recargadas en la pared. No se atrevería a hacerlo sola, porque podría caérsele y ocurrirle un accidente. Como traía pantalón, se sentó en el pasto, sin importarle si estaba húmedo o muy frío. En sus manos tenía una hermosa muñeca, de pelo rizado y vestido rosa, a la cual empezó a peinar y a acicalar, como si fuera un bebé verdadero. Karla sonreía a su pequeña hija, y le cantaba una canción de navidad que había escuchado en la televisión.
Y aunque la muñeca no podía escucharle, y le miraba con sus inexpresivos ojos de plástico, la persona detrás del árbol sí podía escuchar su canción, y se movía lentamente hacía la pequeña. Karla no le vio, ni siquiera cuando su sombra empezó a dibujarse encima de ella. Lo último que vio la niña fue cómo la muñeca caía al pasto, y sintió el tirón que le daba alguien por detrás, sin dejarle gritar, con una enorme mano enguantada sobre la boca…

Pasaron quince minutos…
-Roberto, se nos va a hacer tarde y los vecinos ya deben estar allá. ¿Podrías llevarte las papas? Yo me llevo la tinga. Pero rápido, que está caliente y me voy a quemar las manos…
Roberto miró a Isabel, quién estaba en la puerta, esperándolo con la enorme cacerola de la tinga en ambas manos. Le sonrió, mientras tomaba entre sus enormes manos el otro refractario con las papas con longaniza.
-¿Dónde se metió la niña?-, preguntó preocupado Roberto, alcanzando a su esposa en la puerta.
-Ha de estar ya en el jardín, jugando con los vecinos. No pudo haber ido más lejos, el portón está cerrado. ¡Apúrate!
Los dos caminaban en fila india directo hacía el jardín de la calle, primero ella, y detrás su marido, ambos cargando la comida. Aún faltaba traer más cosas, y por eso tendrían que dejar la comida y hacer más vueltas para no olvidar nada. Cuando iba llegando al jardín, Isabel escuchó algo. Era como una canción, una guitarra rasgando, con una tonada alegre, aunque se escuchaba como lejana.
(CANCIÓN: https://www.youtube.com/watch?v=zYrapItmPZI)
-¿Quién habrá puesto esa música? Es horrible-, dijo Isabel, soltando una carcajada. El jardín ya estaba frente a ellos, y la música se escuchaba más fuerte. En el jardín estaban la mesa y las sillas en su lugar, y los desechables aún sin usar. Y colgando del árbol, con una cuerda alrededor de su cuello, se encontraba Karla, con el rostro inexpresivo y una mueca de dolor en su boca azul, de dónde le salía la lengua…

Después del fuerte sonido de la cacerola cayendo al suelo de la banqueta, los vecinos escucharon el grito desgarrador de una mujer en la calle.

La posada había nacido muerta.

jueves, 27 de noviembre de 2014

La noche de Iván.

El autoservicio de la gasolinera estaba solitario, como casi todas las noches. El recinto estaba justo al lado de las seis máquinas despachadoras de gasolina, siempre con las luces encendidas. Detrás del edificio, se abría un enorme bosque, espeso y oscuro, del cual casi siempre solo se escuchaba el rumor del viento por entre los troncos y las ramas. Frente a todo el complejo, se encontraba la carretera, por la cual pasaban algunos autos, siempre a gran velocidad. Pero por la madrugada, el flujo de autos era menor, y pasaba uno cada dos horas o más. Era la típica escena de un ambiente casi abandonado.
Dentro de la tienda estaba todo más calientito, y las luces de los tubos fluorescentes alumbraban los productos, la mayoría de ellos comestibles que estaban empotrados en las estanterías. Más allá, en la pared contraria a la entrada hecha de vidrio, había una enorme máquina de café y una puerta que daba al baño del establecimiento. En la esquina cerca de la puerta estaba el mostrador de la tienda, en el cual descansaba una caja registradora y un pequeño estante con revistas y periódicos.
Detrás del mostrador estaba sentado Iván, el muchacho que trabajaba en el turno de la noche, en la única tienda que trabajaba las 24 horas a kilómetros a la redonda. No le daba miedo: al contrario, se sentía mejor estando en ese turno, específicamente en esa tienda tan alejada. La gente no le provocaba mucho gusto, y sólo soportaba a los clientes que entraban y salían rápido, o a los que pagaban por su gasolina y se despachaban por sí mismos. Y la noche era su turno favorito: casi nada de clientes, y un ambiente tranquilo y relajado. Podía leer sus pequeñas novelas o comics siempre que podía, comer algo de los estantes, o incluso escuchar música con los altavoces de la tienda.
Esa noche, Iván leía un extraño libro de cuentos, todos ellos de terror. Le entretenían ese tipo de lecturas, y siempre se sentía bien si lo acompañaba su perro Mano, un perro cruza de pastor alemán que había adoptado desde pequeño, y que todas las noches le hacía compañía en la tienda, acostado en el suelo detrás del mostrador, sin dar la lata, y levantándose sólo si tenía hambre o ganas de hacer del baño, por lo que Iván lo sacaba de la tienda para que hiciera sus necesidades cerca del bosque.
Aunque no había música en los altavoces, a Iván no le importaba demasiado el sonido ambiental. A pesar de que estaba dentro de la tienda, todo lo de afuera se escuchaba con claridad: el rumor del viento, las hojas de los árboles meciéndose, y algo aún más frágil pero constante. El canto de los grillos. Iván los detestaba, odiaba a casi todos los insectos, en especial a los más grandes o a los que parecieran más extraños. Y los grillos estaban entre esos animales.
De repente, escuchó el rumor de algo más grande, pero aún así, conocido. Un enorme camión de remolque se estaba dando la vuelta directo hacía la gasolinera, cuidando de no chocar con el enorme techo de metal que protegía las bombas. Era un tráiler rojo, con una enorme caja de carga color azul con una leyenda en el costado a letras blancas: “NWO. Movemos al Mundo.”
Sin levantarse de su silla, Iván vio como el camión maniobraba hasta estacionarse justo a un costado de las bombas de diesel, que estaban apartadas de las demás. Del enorme camión salió un hombre, un clásico camionero de estatura enorme y cuerpo fornido, vestido con unos vaqueros, botas de trabajo de punta redonda y una enorme chamarra de piel color café oscuro. A pesar de que llevaba una gorra, se podía ver su rostro, con barba y un poco severo, pero tranquilo. Se acercó a una de las bombas, jaló la manguera que despachaba el combustible y la colocó en el tanque de su camión, para abastecerlo.
Después se dirigió con paso firme hacia la tienda. Empujó la puerta, la cual hizo sonar una campanilla, y se dirigió hacia uno de los estantes, sin decir nada. Tomó un paquete de papas fritas grande, y caminó hacía el refrigerador de las cervezas. Sacó dos latas, que aún estaban unidas por el empaque de plástico, y se dirigió hacia el mostrador. Iván dejó el libro en un cajón, y se dedicó a cobrarle lo que iba a llevarse.
-Tanque lleno, por favor-, dijo el camionero, para también pagar lo que iba a gastar de gasolina. El muchacho tomó el dinero y lo guardó en la caja registradora, regresándole solo unos cuantos centavos de cambio.
-¿Dónde está el baño?
Iván levantó las cejas. No iba a dejar que usara el baño que estaba dentro de la tienda.
-Afuera, saliendo a mano izquierda, detrás de la tienda, cerca de los árboles.
El camionero se echó las monedas a la bolsa de los vaqueros, y salió de la tienda, dando la vuelta al establecimiento hacía donde Iván le había indicado. El muchacho se sentó de nuevo, tomando el libro entre sus manos, y enfrascándose de nuevo en la historia que estaba leyendo. Logró escuchar como el hombre abría el pequeño baño afuera de la tienda, un crujido de metal y como azotaba la puerta.
Pasó un minuto, antes de que Mano levantara la cabeza, escuchando algo fuera de la tienda, justo detrás. Parecía alarmado, y soltó un potente ladrido, como aquellos perros que cuidan las casas y ven a alguien acercarse. Se escuchó un sonido, como el de un rumor, y después, el de algo que hacía un sonido similar a la madera chocando contra más madera, pero incesante, como pasos en la azotea. Mano soltó otros dos ladridos, antes de salir corriendo de la tienda, directo hacía el bosque. Iván, más preocupado por su perro que por cualquier otra cosa, salió caminando rápido de la tienda, sin soltar el libro y sin importarle el frío que estaba haciendo.
Desde la esquina de la tienda, podía verse la sombra del perro en el suelo y su silueta dibujada en el fondo oscuro del bosque. Las hojas se habían dejado de mover, a pesar que el leve viento soplaba alrededor. El perro ladraba, y ponía la cola enhiesta y erizada, como listo para atacar. De repente, el animal desapareció. Su sombra se desvaneció y su silueta se difuminó entre las sombras, y se escuchó un chillido extraño, como el de un animal herido.
Iván estaba paralizado, ahí, en medio de la noche y con el frío calándole hasta los huesos. Algo se había llevado a Mano y también había atacado al camionero. Aunque no se veía nada en aquella profunda oscuridad, se podía escuchar otra vez ese incesante susurro de pasos, como si fueran varios pies que corrieran en un sentido diferente. Tal vez una pandilla de drogadictos, pensó el muchacho, pero no parecía eso. No eran pasos humanos, sino como de animal, de un animal muy grande.
Temeroso, regresó a la tienda, y sus pies trastabillaron un poco, haciendo que el libro se le cayera al suelo. No pensaba regresar por él, si es que aquella cosa lo estaba persiguiendo. Los pasos se escuchaban cada vez más cerca, y no lo pensó dos veces. Se lanzó hacía la puerta de la tienda, y esta se abrió, haciendo que Iván cayera al suelo dentro del establecimiento. Con las piernas, cerró la puerta, se levantó rápido y cerró con la llave que traía en el bolsillo, temblando y respirando como loco.
Los pasos se habían calmado. En la noche no se veía nada, ni animal ni persona alguna. En el enorme ventanal de la tienda, en la esquina, había una enorme hoja seca, pegada a la superficie lisa y transparente. Iván respiró profundamente y cerró los ojos. No vio cómo la hoja parecía moverse por la superficie de la ventana, y otra más aparecía del otro lado. Varias hojas secas se pegaron en la ventana, e Iván las miraba conforme aparecían. Contó seis, cuando se dio cuenta de que no eran hojas, sino patas…
En la ventana de la tienda estaba posado un enorme saltamontes, casi del tamaño de un pequeño burro o caballo, con cuatro patas pequeñas por delante y dos enormes atrás, las cuales apuntaban hacia arriba y hacia afuera. El abdomen era rígido y esbelto, adornado con dos alas enormes plegadas al cuerpo. La cabeza se meneaba como temblando, de un lado a otro, buscando un lugar donde entrar. El muchacho saltó hacía atrás cuando el animal saltó hacía la puerta, haciendo temblar el vidrio, y chocó contra una de las estanterías, de la cual cayeron unos paquetes de galletas.
Con un golpe de las patas traseras, el saltamontes gigante rompió el vidrio de la puerta, haciendo que la criatura pudiera entrar a la tienda, primero aún pegado al vidrio, y luego por el suelo. Iván recordó que los saltamontes no podían pegarse a las paredes como las moscas, pero esto no era un saltamontes ordinario. Aquella cosa, sin dejar de mover la cabeza, fijó sus extraños ojos negros en el muchacho, caminando con aquellas seis patas largas y llenas de estrías. La cabeza remataba con dos enormes antenas, que se movían como extraños brazos hacía él. Los sintió de repente en su rostro, mientras se recargaba más en el estante. Reaccionando después del miedo intenso, se dio la vuelta, y empezó a correr, pero ya era tarde.
El enorme animal saltó todos los metros que Iván pudo correr antes de que pudiera alcanzar la puerta del baño, lo hizo caer de bruces, poniendo sus patas delanteras en su espalda. Después, el muchacho sintió como la baba del animal empezaba a empaparle la nuca, y el chasquido de las tenazas de la boca detrás de él. Gritó, pero nadie iba a poder hacer nada por él.

Y afuera, mientras los grillos cantaban, el diesel del camión empezaba a derramarse en el suelo.


miércoles, 12 de noviembre de 2014

Reseña Evento Premios Fraternidad CEAPRAJ – Énfasis Comunicaciones.CORTESÍA

Por Luis Zaldivar.
Noviembre 6, 2014. 05:40 p.m.

El ambiente que genera siempre una entrega de premios conlleva un sentido de hermandad, felicidad y armonía entre sus invitados. Y aquí, este espíritu de conciencia colectiva positiva no podía quedar atrás.
Me refiero al trabajo altruista y humanitario que la Fraternidad CEAPRAJ Nacional, precedida por Alfredo Flores, y apoyada por el constante trabajo del abogado Gerardo Manjarrez, que cada temporada saben sorprendernos con un espectacular despliegue de celebridades y personalidades que, en sus distintos ámbitos, han sabido apoyar a la sociedad mexicana.
Conocí al licenciado Manjarrez apenas hace un año, mediante la locutora y fotógrafa Guadalupe Chávez, entrañable amiga que me apoyó en la presentación de uno de mis primeros proyectos literarios online. La entrevista con el licenciado había sido programada para presentar el libro y hablar sobre mi trabajo, además de que Gerardo sería uno de los ponentes el día de la presentación, la cual se llevó a cabo el 7 de Noviembre en la Casa de la Cultura de San Rafael, en la Ciudad de México.
No había duda de que Gerardo Manjarrez había despertado en mí una simpatía nunca antes vista con otra persona en particular. Una persona inteligente, responsable y audaz, cualidades que admiro en alguien, aunque yo no las tenga. Durante la presentación del libro, se me informó que era un candidato a ganar el premio de Líderes de la Fraternidad, evento que se celebró a inicios de este año, y donde fui reconocido por mi trabajo como escritor, premio que recibí con la alegría más grande del mundo, ya que al fin una sociedad organizada reconocía mi trabajo como tal.
La relación que inició hace casi un año (mientras escribo esto faltan 24 horas para el aniversario de la presentación de mi libro), tuvo sus frutos. No solo conocí a la Fraternidad desde dentro, a algunos de sus miembros más activos e importantes, sino también a algunas celebridades: luchadores de la AAA, escritores y abogados, cantantes, actores y artistas plásticos de todos los tipos que engalanaban una lista tan importante como esa. Pero fue sin duda la parte de los filántropos la cual admiré más: gente que ha gastado cada centavo de su trabajo y cada gota de sudor de su esfuerzo para ayudar a quienes más lo necesitan: personas con escasos recursos, asociaciones sin fines de lucro, centros de educación, de adicciones… En fin, varios ejemplos que ejemplifican el espíritu de ayuda y de colaboración entre hermanos (esperamos, claro, el pronto apoyo a otras comunidades, como la LGBT).

Por otra parte, Énfasis Comunicaciones se ha dedicado a ser una de las principales radiodifusoras por Internet más amplias y más reconocidas en Cuautitlán Izcalli, mi hogar desde hace 25 años. Es, sin duda, la estación de radio online con más contenido en el municipio, siendo, literalmente, una revista amplia y muy bien organizada de temas varios, desde las noticias, el tráfico, los temas musicales, deportivos, de contenido social y hasta esotéricos.
El sueño del director general Omar Chavarría Fonseca y de la directora editorial Adriana Córdoba Guerrero ha visto la luz en un ambiente de eterna cordialidad y de superación constante. Considero a las personas que laboran en la pequeña estación de radio como mis amigos, compañeros de sueño que se han sabido merecedores de su amplia trayectoria y reconocimiento, no sólo con el trabajo radiofónico, sino también con la edición periódica de una revista, la cual es de gran contenido y de distribución gratuita.

Dos sueños que se unen en uno solo esta noche. Primero, el del apoyo social y altruista, y por otro, el de la información veraz y dinámica. La Fraternidad CEAPRAJ y Énfasis Comunicaciones sirven a un solo propósito: encomendar en ambas organizaciones el espíritu humano en sus diversas ramas, y hacer de la sociedad una organización más humanizada, por decirlo de alguna forma.
Por un lado, el trabajo humanista de la Fraternidad es siempre noticia para los miembros de la estación de radio, y Énfasis, por su parte, ha recibido el amplio apoyo de la rama filantrópica para expandir sus horizontes hacía otras ciudades y municipios, para continuar con el trabajo informático.
No hay duda de que esta nueva amalgama ha resultado un verdadero éxito en el trabajo de poner en pie al ser humano como ser, no sólo como entidad biológica.

CORTESÍA: Carmen Vargas,


Los Premios.

Esta vez, la entrega de galardones vuelve a reconocer el trabajo de diversas entidades, personalidades y asociaciones que han dado lo mejor de sí mismos en sus diversas áreas: las artes, el entretenimiento, la abogacía y las leyes, la filantropía y la ayuda social, siempre dispuestas a brindar lo mejor de lo mejor para contribuir con la cultura de nuestro país.
No es sorpresa que conozca a varios de los presentes en esta noche tan especial: los compañeros de Énfasis: Adriana, Elizabeth, Omar, David, Rubén… Amigos de la Fraternidad, como Gerardo, Alfredo, Raco, Carmen… Y también muchos otros, de los cuales conozco su trabajo: Tía Panqués, con quién he tenido conversaciones interesantes en las redes sociales, y cuya cabellera azul chicle siempre me ha fascinado. Los amigos reporteros de la revista digital Tiempo Futuro, quienes me han hecho reír y reflexionar con sus publicaciones. Andrés Stroobants, un excelente cantautor y locutor de radio. Miembros de la Cruz Roja de Cuautitlán Izcalli, de quienes conozco a Alberto (hijo de una de mis vecinas), y quienes siempre están al pendiente de los accidentes en nuestro querido hogar entre los árboles.
Otras personalidades más reconocidas de otros medios también han llegado para recibir premios especiales: el escritor de thriller Leopoldo Mendívil López (cuyos libros recomiendo bastante), el periodista Rafael Lorert de Mola (quién ofrecería unas sentidas y emotivas palabras acerca de la situación tan ruin del país), e incluso miembros de la banda El Haragán, una de las bandas de rock en México más importantes del medio, y Franco, el cantante que popularizaría el tema “Toda la Vida” en los años 80’s. No hay duda de que este evento ha reunido a grandes entre los grandes: escritores, periodistas, cantantes, pilares de la sociedad que han demostrado ser lo mejor de lo mejor.
El evento se llenó de gala con la voz de la presentadora Liza Franco, mujer admirable y hermosa que estuvo al frente de toda la ceremonia, presentando los premios correspondientes y a los invitados musicales que pusieron el toque artístico a la noche. Después de la presentación, vino el baile y la comida, además de que muchos de los presentes, desinteresados en su ayuda, recaudaron despensas y ropa para la gente que más lo necesita, como parte de la tradición de la Fraternidad en cada presentación especial que hace.
Al final, no aparecí en las fotos oficiales, y tampoco pude platicar con todos, pero me llevé un buen sabor de boca: ver al licenciado Manjarrez, a Alfredo y a todos los compañeros de la Fraternidad, poder hablar con mis amigos de Énfasis, y con Elizabeth, con quién hasta nos reímos e hicimos bromas. Conocer por primera vez a la famosa Tía Panqués, quién sigue alabando mis cuidados y mi cariño hacia Lichi (mi gatito), aunque ya no alcancé uno de sus deliciosos panqués. Y platicar con Leopoldo Mendívil y su esposa, quiénes llevaron al hermoso bebé a la fiesta. Hicimos buenas migas, porque ambos tratamos los mismos temas en nuestras obras, y se ofreció a apoyarme en mi primer libro.
No hay duda de que Fraternidad CEAPRAJ y Énfasis Comunicaciones (ambas casas de este desgraciado escritor), se vistieron de manteles largos para recibir a las personalidades más importantes de la filantropía y la cultura mexicana. Punto a favor de lo que todos nosotros queremos para nuestro país: más seres humanos que se preocupen por otros seres humanos, y no solo por los aspectos económicos y la política. Cuando el hombre aprenda a amar a su prójimo, podremos dejar que asociaciones como CEAPRAJ o Énfasis descansen, viendo que su trabajo, al fin, ha dado frutos.


Luis Zaldivar (6-12 Noviembre, 2014.)

CORTESÍA: Carmen Vargas.

sábado, 14 de septiembre de 2013

Una Batalla. #13SMX

Desde hace más de 80 años que no había guerras en México. Y desde hace como 40 que no se reprimía a la gente a la vista de todos.

Ayer vimos la prueba que necesitábamos para entender la situación en la que estamos viviendo. Ya no estamos en la época de los caciques, ni de las instituciones. Ahora vivimos en la era de las reformas, unas reformas que, sin querer, han tenido el espíritu de la privatización en sus raíces.

¿Quién más podría quejarse? ¿Quién hacía algo mientras el pueblo se callaba y se quedaba observando? Una de estas reformas, la educativa, afecta sobre todo, a los maestros, y de manera indirecta, a los alumnos y a los padres de familia. Los maestros se movilizan, se quejan, tratan de mantener una posición derecha en cuanto a sus derechos laborales, y se encaminan al diálogo y a la plática pacífica.

Nuestro “apacible gobierno” ha demostrado de lo que puede ser capaz. Puede esconder información, maquillar las noticias y poner por enfrente del pueblo sus propios intereses, como la mayoría de todos los gobiernos actuales y pasados. ¿Y de qué más podía ser capaz? El presidente en turno llega de una tradición en donde lo mediático importa más que lo social en su sentido más puro. Y también llega de una tradición en donde la represión es el elemento sorpresa.

Mantener al pueblo quieto y obediente se mantiene en tres aspectos diferentes. El primero de esos aspectos serían los medios de comunicación, que aquí en México han demostrado una fidelidad “oscura” hacía el gobierno en turno, y muchas personas están convencidas de que los medios, especialmente la televisión y su emporio nacional, hicieron posible la imposición del gobierno. Los programas de televisión y los noticieros mantienen a los televidentes con la “verdad” en su mente, y con el modelo de una sociedad que no puede aspirar a nada más, sino a soñar.

El segundo aspecto se encuentra en la religión, ese pedazo sensible del que nadie puede hablar por temor a la condenación. Es obvio que la iglesia mantiene también su lado pasivo frente al pueblo, pero no así con el gobierno. Muchos políticos han hecho visible su apoyo al clero, y han modificado ciertas leyes para otorgarles ciertos “servicios” que un estado laico no permitiría. La religión pone al pueblo como el verdadero pecador, el sector que necesita rezar para salvarse, y más cuando se otorga el diezmo.

Y el tercer aspecto, el peor de todos, es el mismo gobierno, pero a través de la represión. Ayer vimos cómo el gobierno es capaz de movilizarse para atender de una manera violenta una manifestación pacífica. Nunca habíamos visto a tales elementos, o a tal gobierno, movilizarse así para detener a los narcotraficantes y abrir sus bloqueos en pueblos y carreteras. Y lo que resultó más evidente y más contradictorio: usaron la represión, cancelaron la libertad del pueblo a manifestarse, para tener espacio de celebrar la “libertad” de un pueblo enceguecido.

¿Cómo podemos entonces ayudar a esta causa? ¿Cómo impedimos entonces estos atropellos cada vez más evidentes de un gobierno que perdió el encanto en menos de un año? Podemos ayudar enviando un mensaje a todo el mundo, difundiendo información en otros países, a través de las redes sociales, los vídeos, la locución, la escritura y hasta la lectura de todos estos aspectos.

Hay también campañas de apoyo en especie, llevando distintos productos y servicios. Y también ayudamos en no quejarnos, en dejar que el curso de este evento especial en la vida de México se de de una manera u otra. No hay que permitir que por unas quejas “inocentes”, el gobierno tome más represalias. Si sólo ayer hubo golpeados y detenidos, más tarde no les sorprenda cuando haya muertos, y ni su sentido de la culpa pueda ser suficiente para condenarse.


Tenemos el poder para cambiar el rumbo de toda esta situación, y si te enojan mis palabras, será mejor que me evites. Porque yo no podré evitar seguir diciendo esto.


martes, 20 de agosto de 2013

"Homicidio Mexicano" en Amazon Kindle.

Buenas noticias, amigos lectores.



Como parte de mi compromiso con ustedes y con la imaginación, a partir de mañana, esperemos, ya estará disponible la primer copia remasterizada de "Homicidio Mexicano", la primera parte de la saga Thriller Nacional, con la que inicio mi carrera profesional como escritor en una nueva plataforma para muchos de nosotros, y con la cual agradezco demasiado el ser parte siempre: la red y la publicación online.

También, con este anuncio, me siento feliz de darles a conocer que habrá cuarta parte. Se llamará "La Isla de las Ánimas", y aún está en proceso de nacimiento. Otro gran acierto para mi carrera y para mis relatos, y espero de nuevo que les guste y se sientan atraídos por la historia, una nueva intriga, con mucho misterio, pero con los personajes que ya conocen y otros nuevos.

Sin más por el momento, les agradezco a todos, lectores fieles y curiosos, que me han apoyado en todo momento, a mi familia, y a mis amigos más cercanos, muchos de ellos los cuales aportaron sus nombres para la realización de este relato y de sus secuelas. Gracias en verdad a todos y cada uno de los que apoyaron este proyecto desde el inicio, ya que este trabajo es por y para ustedes, y espero puedan apoyarme en este nuevo paso que doy, un gran paso desde hace ya 9 años.

Gracias, y de verdad, serán recompensados siempre. Los quiero mucho, a todos por igual.

Atte:

Luis Zaldivar, escritor y amigo.

miércoles, 14 de agosto de 2013

Reseñas Literarias: El Diccionario del Mago.

Allan Zola y Elizabeth Kronzek: El Diccionario del Mago. (2002)

A principios de la década de los años 2000, la fiebre por Harry Potter no tuvo precedentes. Y es que, aunque solo se habían publicado 4 libros y dos películas circulaban, la fama del segundo mago más famoso de la historia inglesa no tuvo precedentes en otros países. Oportunamente, empezaron a surgir autores alternos a la historia de Harry Potter, y dos de ellos se aventuraron a realizar un ejercicio de compendio de todos los detalles de esta maravillosa historia.

Allan Zola Kronzek, mago profesional y estudioso de las corrientes ocutistas en todo el mundo, sintió una entera fascinación por la historia que J.K. Rowling había inventado, retomando muchos aspectos del mundo mágico y de las tradiciones antiguas para plasmarlas en su heptalogía. Junto a su compañera Elizabeth Kronzek, ambos se internaron en el mundo mágico y el compendio de Harry Potter fue tomando forma.

El Diccionario del Mago fue publicado en 2002, como una respuesta y un trabajo de recabar datos de los cuatro primeros libros de Harry Potter, aunque después salió una versión editada con información completa de los libros 5 al 7. La edición de aquellos años contaba obviamente con todas las palabras principales de la saga: palabras que comprendían un mundo completo del tema como “magia”, “hechicero”, “bruja”, además de otras palabras relacionadas en otros ámbitos, como “basilisco”, “duende”, “hada” o incluso “gato”. Muchos aprendimos a diferenciar nuevos conceptos, dentro del mundo mágico tradicional, a las cuales nunca les vimos una verdadera importancia, o de las cuales jamás nunca habíamos escuchado: “mantícora”, “leprechaun”, “grindylow”, “kappa”, en fin, demasiadas acepciones que poco a poco podían surgir.

Y es que El Diccionario del Mago de Kronzek ampliaba los conocimientos de los pequeños lectores en esos años, y también influenció la curiosidad que muchos muggles teníamos por ciertos términos y también por relacionarlos todos con el mundo que habían inventado para nosotros, aunque ese mismo mundo haya sido influenciado por la realidad que hace cientos de años la gente aún creía realidad.

Y es que la línea de Kronzek para poner sobre la mesa el tema es amplia y bastante intrincada. Por ello, se ayuda de una especie de “hipervínculos”, con los cuales podemos seguir mejor un solo concepto. En el mismo texto, mientras explica la naturaleza de un concepto, podemos encontrar una palabra subrayada, la cual contiene otro concepto titular del libro. Nos dirigimos al índice, y encontrando la página indicada, podemos consultar la palabra subrayada que está relacionada con el concepto anterior. Es un mapa demasiado bien estructurado de los conceptos mágicos que, sin duda, nos serán de mucha ayuda para entender la saga del mago adolescente.

Muy ameno, con ilustraciones en conceptos importantes que explican de manera más exacta el concepto que leemos, El Diccionario del Mago está hecho para los chicos y chicas que leen la saga y no comprenden ciertos aspectos, o no pueden relacionar bien como esas palabras o ciertos temas están relacionados con eventos en la historia del mundo, de sus creencias y su mitología. Kronzek solo hace un compendio de un libro más famoso para poner en él un sentido más práctico para una historia que, en ciertos puntos, puede ser un poco compleja para los niños.

No se pueden arrepentir de leer este libro, amigos amantes de la magia, y también, por qué no, está recomendado para los miles de muggles que aún quedan en este mundo.



Calificación: 8, un libro para niños muy ameno, pero aún es insuficiente y le falta cierta profundidad en algunos conceptos, que son definidos muy generalmente.


miércoles, 7 de agosto de 2013

Reseñas Literarias: Watchmen.

Alan Moore: Watchmen. (1986-1987)

Nueva York en 1985, es un mundo completamente distinto. La guerra de Vietnam se ganó, Nixon será reelegido de nuevo para un mandato extraordinario, y la guerra fría de repente está latente y más peligrosa que nunca. Pero, ¿qué fue lo que desencadenó que todos estos eventos se pudieran dar? Fácil: la aparición de los vigilantes enmascarados.

Alan Moore descargó aquí su creatividad en un nivel nunca antes visto, y plasmó un nuevo mundo, más salvaje que el que originalmente vivían millones de personas en aquellos años. Junto al artista Dave Gibbons y el colorista John Higgins, Moore se dispuso a conjuntar todos aquellos fenómenos sociales e históricos en una novela gráfica que plasmara de otra manera el sentir de cada uno. La aparición de los vigilantes enmascarados en su obra es el catalizador para que los eventos del mundo empiecen a cambiar desde el origen.

Se trata de Watchmen (Vigilantes en español), la novela gráfica más importante de todos los tiempos. Resumida inicialmente a lo largo de doce volúmenes, esta novela comprende la historia central, además de falsos documentos que apoyan la lectura y el entendimiento general del volumen al que pertenecen.

La historia principal sigue a los nuevos Vigilantes, un grupo de enmascarados retirados por una ley gubernamental, y los cuales viven sus vidas apartados del crimen y de la vida social en particular. Uno de ellos, The Comedian, es brutalmente asesinado, y Rorschach, otro enmascarado, un hombre con problemas antisociales, decide descubrir al asesino y sus verdaderas intenciones. Ayudado por Night Owl y Silk Spectre, versiones jóvenes de antiguos enmascarados que llevaban las mismas identidades. Los Vigilantes regresan de manera clandestina para poder descubrir quién está detrás de ese crimen, ayudados también por Adrian Veidt, el hombre más inteligente del mundo, y el Dr. Manhattan, un superhombre con habilidades que desafían la física. Pero también se enfrentan a sus miedos y sus desafíos con la sociedad, un enredo mediático entre hacer el bien y salvar al mundo de una Tercera Guerra Mundial inminente.

Watchmen logró acaparar la atención de la sociedad en cuanto a los problemas que se retrataban, que si bien no eran precisamente los mismos que la humanidad estaba viviendo, se reflejaban de manera extraordinaria en el papel. Las viñetas y el estilo de dibujo de Gibbons y de Higgins cambió la forma de leer novelas gráficas, e incluso ahora han sido elogiadas como verdaderas obras artísticas dentro del gremio.

Watchmen cambia la forma de ver a la sociedad de quien lo lee. No solo porque es una de las historias más aclamadas en la historia del comic, sino que cambió de manera radical el pensamiento de la sociedad en la década de los años 80’s. El sentido de ver a la sociedad como un devorador de personas es imprescindible para la comprensión de la historia. Determinados factores y pensamientos son los que conforman a la sociedad, y está también relacionado el intento de salvar al mundo, a cualquier precio, con cualquier consecuencia y sacrificando a las vidas necesarias para lograr la sociedad perfecta, el idilio de la humanidad hecho realidad.

Watchmen se ha convertido en un referente histórico y literario sin precedentes, y aún muchos lo consideran una de las mejores novelas gráficas de todos los tiempos, de aquellas que reflejan a la misma sociedad todavía por encima del aspecto fantástico y del heroísmo mismo. Moore supo tratar bien los temas más polémicos y espinosos del momento, y se convirtió en uno de los autores más importantes de la historia underground del cómic, llevando en 2009 su historia a la pantalla grande, con consecuencias aún negativas en la esencia de la historia misma.

Recomendado para aquellos que no desprecian el buen trabajo de los novelistas gráficos que, en un ámbito tan competitivo, han podido publicar verdaderas historias que muchas veces son el espejo de una sociedad en decadencia, y del sentido verdadero de la humanidad, de una especie inteligente que sólo desea ser salvada, y que de desaparecer, a nadie le importaría, en un universo tan vasto y tan lleno de maravillas más poderosas.



Calificación: 9, el 10 no queda por ser una novela un tanto larga y pesada para algunos.


 
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